04Jose Antonio

En este texto, José Antonio Galeano denuncia cómo la cultura paraguaya exalta solo los héroes militares, olvidando los heroísmos civiles que sostienen la libertad y la democracia. Propone repensar nuestros homenajes para valorar también a quienes construyen ciudadanía cada día.

Una herencia de la pasada dictadura, que tiene sus raíces más profundas incluso en gobiernos anteriores igualmente autocráticos y “nazionalistas” (con “z”), es la acendrada vocación autoritaria que conduce a una distorsionada, impropia e innoble visión del heroísmo, considerándolo vinculado casi exclusivamente a las botas, las presillas y las charreteras, vale decir, excluyendo los cotidianos heroísmos civiles que han constituido y constituyen cimientos perdurables de nuestra mejor tradición libertaria.

Así, basta con observar algo tan elemental como lo que ocurre en miles de escuelas del país, año a año, con las llamadas “exhibiciones gimnásticas” que por lo general se realizan en “actos cívicos de recordación y homenaje a la Patria” y que terminan siendo eventos pura y simplemente militares, con gran algarabía y aceptación de las “comunidades educativas”. De esta suerte, aunque más no sea de manera subconsciente, niñas y niños, desde pequeños, comienzan a asociar la idea de patria a las prácticas militares. Otro tanto sucedía con la modalidad “patriótica” hoy feliz y trabajosamente superada de los “desfiles estudiantiles” que no eran mas que paradas militares disfrazadas con protagonistas sin uniformes “verde ó”.

No debe extrañarnos, pues, que en materia de nombres de calles se patentice entre nosotros tan fuertemente el desprecio de los heroísmos civiles, si bien es en ella donde más marcadamente aparece. Baste, asimismo, en este sentido y como un ejemplo al canto, visitar el Panteón Nacional de los Héroes, asentado en el Oratorio de la Virgen de la Asunción, en la emblemática esquina de “Palma” y “Chile”. Urnas, féretros, placas, recordatorios de todo tipo y tamaño aluden en más de un 90% a personajes y gestas militares, mientras que los héroes civiles, de tan pocos, pasan definitivamente desapercibidos.

La materialización de esta perversión inexcusable se perpetró para Asunción en el año 1967 cuando fue sancionada por la Junta y promulgada por la Intendencia la fatídica Ordenanza N° 6117, del 13 de abril de aquel año, la cual nominó calles de la ciudad con 244 nombres de militares (contando sólo los nombres propios de personas, no acontecimientos bélicos ni los denominados “Próceres” a los que nos referimos en otro apartado de este trabajo –en su mayoría militares- que también los hay). La intención de esa Ordenanza era, en teoría, la de rendir tributo a los héroes de la contienda que enfrentó a paraguayos y bolivianos por el territorio del Chaco, entre 1932 y 1935. Antes de esta norma, aunque en una cantidad menor, la Ordenanza 649 del año 1942 ya instaló el principio de dar nombres de militares a arterias de la capital. No es casual que ambas hayan sido promulgadas bajo el influjo de los gobiernos de dos dictadores, para más señas, militares y generales ambos: Higinio Morínigo, primero, y Alfredo Stroessner, después.

Cabe en este punto una aparente digresión, aún a riesgo de aparecer iconoclasta. Siempre me he preguntado si los “heroísmos ocasionales”, esos que devienen de circunstancias históricas que son propias de un momento, pueden o deben ser objeto de galardones u homenaje. Dicho de otra manera: ¿pueden considerarse héroes, y como consecuencia de ello ser sujetos de este tipo de recordación, quienes no hicieron más que cumplir con el imperativo que en su hora significó la Guerra del Chaco y, en consecuencia, acudieron a defender la heredad nacional, encontrando muchos de ellos, a resultas de la contienda, la muerte? La cuestión así planteada queda para ser resuelta en el fuero íntimo de cada quien.

Referencia sobre la fuente de este texto

Este texto hace parte de una obra que se ideó como minuta larga para su presentación al pleno de la Junta Municipal de Asunción, en setiembre de 2005, y acabó publicada en una obra de distribución gratuita de la serie “Cuadernos Asuncenos”, puesta a consideración de la ciudadanía capitalina por el movimiento político independiente “Asamblea de Asunción”, cuyos concejales municipales en el período legislativo 2001-2006 fueron el Arq. Luis Alberto Boh y el Abog. José Antonio Galeano. En las corporaciones legislativas locales de nuestro país se da el nombre de “Minuta” a todo documento presentado a estudio y consideración de la junta municipal o departamental, por un o una Concejal/a, vale decir, por una o uno de sus integrantes. El objeto del documento puede ser de índole diversa, abarcando desde la denuncia a la propuesta de norma. La referencia a la fecha de publicación es relevante pues, como es natural, luego de 20 años, con seguridad se han producido nuevos insumos con los cuales enriquecer el texto de aquella propuesta legislativa, texto que, dividido en partes, se da a conocer en “Por amor al Paraguay- Paraguai rayhupape”, en la serie denominada “ASUNCIÓN Y (los nombres de) SUS CALLES”.

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