
En este pasaje de texto, José Antonio Galeano señala tres casos polémicos de nombres de calles en Asunción que merecen revisión urgente: la calle “Ayolas”, que honra a un conquistador enemigo de los pueblos indígenas; “Eduardo Víctor Haedo”, impuesta por Stroessner en reemplazo de un héroe paraguayo; y “Generalísimo Chang Kai Shek”, reflejo de afinidades ideológicas autoritarias. Galeano invita a repensar estos homenajes para construir una ciudad más justa y respetuosa de su historia.

Si bien no son los únicos, se citan aquí cuando menos tres casos que deben ser revisados por la Junta Municipal de Asunción con urgencia, en el primero de ellos, como inequívoca prenda de respeto a nuestros ancestros indígenas, y en los dos restantes, para afirmar los sentimientos democráticos que muchas veces nos vanagloriamos de poseer y sostener.
El caso Ayolas
Juan de Ayolas, conquistador español que llegó al Río de la Plata con el Adelantado Pedro de Mendoza fue, en puridad de verdad, un acérrimo enemigo de indígenas y un saqueador de metales preciosos de los que abundaban en la América pre-colombina.
Asunción debe ser de las pocas capitales americanas que honran la figura y la memoria de personajes seudo-históricos que para los “primeros dueños de estas tierras” –a quienes en lugar de respetar, despreciamos de incontables y muchas veces inconfesables maneras- son personajes execrables.
Por mucho esfuerzo que hemos realizado, no logramos dar con una sola circunstancia crucial o algún hecho de relevancia histórica que amerite que una calle de Asunción –para colmo de males, ubicada en el microcentro de la ciudad- lleve el nombre de “Ayolas”.
El caso Haedo
Una Resolución Municipal, la 4632/1961, ratificada por la Ley 890/63, nomina con el nombre de “Eduardo Víctor Haedo” a una importantísima calle.
Este político uruguayo, citado por el Sr. Kallsen en “Asunción y sus calles” como “…sincero amigo del Paraguay y paladín de su causa” , si bien hizo parte de un grupo de seguidores del ilustre Doctor Luis Alberto de Herrera – de incuestionable proximidad a nuestro país y a sus esperanzas y padecimientos- fue, en realidad un amigo sincero del ex dictador Alfredo Stroessner, quien en uso arbitrario y omnímodo de su poder ordenó al municipio sustituir el nombre de “Cnel. Martínez” -un auténtico héroe- por el que actualmente detenta.
Si analizamos los méritos que el Sr. Kallsen atribuye al político uruguayo en cuanto “sincero amigo del Paraguay” llegamos a la conclusión de que ha habido otros extranjeros ilustres –como el extraordinario poeta argentino José Hernández, autor del “Martín Fierro”, crítico acérrimo del gobierno de Bartolomé Mitre y, por ende, defensor de la causa paraguaya en el conflicto contra la triple alianza, que conoció la persecución política y la cárcel- que demostraron con creces su adhesión a nuestro país en momentos aciagos de su convulsionada historia y que, sin embargo, no tienen en la capital una calle con su nombre. En cuanto a lo de “…paladín de su causa”, ¿a qué causa se refiere el autor de “Asunción y sus calles”?
La primera de las Juntas Municipales de Asunción en la llamada “época democrática del municipalismo” (cuando intendentes y juntas comenzaron a ser electas por las respectivas comunidades locales, luego del golpe cívico-militar de 1989) pretendió ya, vanamente, restituir el nombre de “Cnel. Martínez” a la actual “Eduardo Víctor Haedo”. Por nuestra parte, en una minuta puesta a consideración de la actual Junta Municipal, la Bancada de Asamblea de Asunción – concejales Luis Alberto Boh y José Antonio Galeano- presentó el formal pedido de sustituir el nombre de “Eduardo Víctor Haedo” por el del apóstol de la no violencia que ofrendó su vida luchando contra toda forma de discriminación, el Dr. Martin Luther King, Jr. El pedido aún no ha sido sustanciado.
El caso Chang Kai Shek
La Ordenanza 17104/85 sustituye el hermoso y eufónico nombre de la calle “Diagonal de Tacumbú” por el de “Generalísimo Chang Kai Shek”.
Solo sentimientos que devienen de una común ideología, negadora de la libertad y la democracia, y que vinculan a Alfredo Stroessner y al “líder” de la China Nacionalista, pudo propiciar esta nominación.
Como en el análisis del caso anterior –el de la calle “Haedo”- nos asiste la seguridad de que el “Generalísimo” no reúne en absoluto méritos para que una importantísima arteria de nuestra capital lleve su nombre, como no sea la ya mencionada correspondencia ideológica con el más totalitario de los gobernantes del Paraguay en el Siglo XX.
Referencia sobre la fuente de este texto
Este texto hace parte de una obra que se ideó como minuta larga para su presentación al pleno de la Junta Municipal de Asunción, en setiembre de 2005, y acabó publicada en una obra de distribución gratuita de la serie “Cuadernos Asuncenos”, puesta a consideración de la ciudadanía capitalina por el movimiento político independiente “Asamblea de Asunción”, cuyos concejales municipales en el período legislativo 2001-2006 fueron el Arq. Luis Alberto Boh y el Abog. José Antonio Galeano. En las corporaciones legislativas locales de nuestro país se da el nombre de “Minuta” a todo documento presentado a estudio y consideración de la junta municipal o departamental, por un o una Concejal/a, vale decir, por una o uno de sus integrantes. El objeto del documento puede ser de índole diversa, abarcando desde la denuncia a la propuesta de norma. La referencia a la fecha de publicación es relevante pues, como es natural, luego de 20 años, con seguridad se han producido nuevos insumos con los cuales enriquecer el texto de aquella propuesta legislativa, texto que, dividido en partes, se da a conocer en “Por amor al Paraguay- Paraguai rayhupape”, en la serie denominada “ASUNCIÓN Y (los nombres de) SUS CALLES”.